Desde
el origen de la propia Humanidad se conoce una asombrosa capacidad, no es desconocida, pero pocos la buscan y pocos la despliegan a
pesar de ser una pieza maestra. Como
un libro de magia heredado desde antaño que nadie recuerda dónde está ni
cómo se abre, pues no se atreven a
desempolvarlo porque las piezas claves del conjuro que lo abre se han olvidado. Os quiero hacer recordar quien vosotros sois, y que descubráis en vuestro interior esa semilla mágica que todos poseemos, y así volar hacia nuestra auténtica condición lanzándonos
como verdaderos magos.
La
creatividad es la asombrosa capacidad de un cerebro para llegar a conclusiones nuevas, generar nuevos caminos y
resolver problemas de una forma original, encontrando
orden donde los demás sólo ven caos. Pero no sólo es plantear soluciones, sino también ver que falta una pieza
donde otros no ven nada, descubrir que se necesita una nuevo planteamiento
donde los demás no ven necesario ese cambio. Estamos ante una sociedad en
continua transformación, donde se sabe que la inteligencia no es suficiente para
afrontar con éxito la complejidad del futuro, pues la creatividad es la
herramienta ineludible ante escenarios venideros que no podemos ni
imaginar.
Tenemos un potencial creador que
transforma ideas en nuevos productos, que impulsa acciones que trascienden los
distintos ámbitos; es un resorte que activa los saltos sociales, artísticos,
culturales, científicos, tecnológicos… Una capacidad que nos conduce a la autorrealización
personal, transformando nuestra vida a pesar de nuestro entorno. Esta facultad está
dormida a veces porque ni siquiera nos planteamos distintos recursos como la
curiosidad, la imaginación, la intuición, la actitud, el compromiso, las
analogías, etc. Simplemente plantéate que eres un ser humano con un sello
identificativo, y que con él rompes barreras que te conducen hacia tu plenitud. Tomar conciencia de esto nos ayudará a conocernos a nosotros mismos,
y a sentirnos más plenos.
La creatividad es una
fuerza espiritual, que la gente entre en contacto con su propia creatividad
interna. Existe una voluntad central de crear que es parte de nuestra herencia
humana y de nuestro potencial. A medida que luchamos por alcanzar nuestro yo
más elevado, nuestro ser espiritual, no podemos evitar ser más conscientes, más
activos y más creativos.
(Cameron, Julia. El Camino del artista.
7ª edición. Barberá del Vallés: Aguilar, 2015, p. 289)
(Cameron, Julia. El Camino del artista.
7ª edición. Barberá del Vallés: Aguilar, 2015, p. 289)
Autora: Cecilia García
Saludos corazones creativos, Cecilia